La Copa de cata
La copa es la herramienta de los catadores, y sirve para
presentar el vino a nuestros sentidos. Por ello, debe permitir que nuestros
sentidos puedan interactuar con el vino de la mejor manera posible.
Una buena copa de cata tiene que presentar unas ciertas
características específicas. Si comenzamos por arriba, el borde de la copa de
cata debe ser fino, pero no cortante para que el contacto con los labios sea
cómodo.
La copa de vino también tiene que estar provista de un pie o
tallo con una base que lo sustente. Este tallo debe ser lo suficiente para que
pueda ser sujeta con los dedos índice y pulgar. La conexión entre el tallo y la
base que la sostiene suele presentar un engrosamiento que se denomina botón.
La parte que nos queda es el cuerpo de la copa o cáliz.
En esta parte es donde se dan las mayores diferencias en las distintas copas.
Si bien, hoy en día están tan estudiado la influencia del diseño de las copas
en las sensaciones olfativas, que existen tipos de copas específicas para tipos
de vinos e incluso para variedades.
Con los distintos tipos de copas varía la relación entre
superficie y el volumen, lo que varían también los fenómenos de evaporación de
los compuestos volátiles presentes en el vino, y por lo tanto, las sensaciones
aromáticas. En una copa demasiado alta, el aroma se percibe más débilmente,
dado que la nariz se encuentra relativamente lejos del vino. Por el contrario,
con una copa tipo “balón”, que presenta una forma más baja, el olor es
percibido más ampliamente.
Debido a la gran diversidad de estilo y materiales utilizados
para la elaboración de las copas, en 1970, se creo, por un grupo de expertos
franceses a partir de estudios del Instituto Nacional de Denominaciones de
Origen (INAO), crearon el catavinos oficial y normalizado. Esta copa está
formada por un cuerpo, denominado “huevo alargado”, un tallo que lo sostiene y
una peana que sustenta a ambos. La abertura del cuerpo de la copa es más
estrecha que la parte convexa permitiendo así que los aromas se concentren
antes de salir.
La capacidad de esta copa normalizada es de 210-225 ml, aún así,
para conseguir manejar la copa con facilidad y poder apreciar los colores,
tonos, y aromas correctamente, se debe llenar con unos 70-80 ml de vino.
Con respecto al material con el que está construido, está
fabricada con cristal transparente totalmente incoloro, su borde es liso,
regular y redondeado, cortado al frío y esmerilado que asegura su horizontalidad.
El modo de coger la copa también va a ser importante a la hora
de catar los vinos, como todo en el mundo del vino tiene su importancia y el
modo de gestionar el vino en la copa va a influir en la percepción final del
vino. La copa de cata deberá cogerse por el tallo de la misma o por la base, y
en ningún caso por el cuerpo de la copa puesto que el calor de las manos
calentaría el vino, y las huellas de los dedos podrían ensuciar la copa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Muchísimas gracias por formar parte de WineandMoments. Un abrazo