13/4/14

Vinos para disfrutar: Las Copas

La Copa de cata

La copa es la herramienta de los catadores, y sirve para presentar el vino a nuestros sentidos. Por ello, debe permitir que nuestros sentidos puedan interactuar con el vino de la mejor manera posible.

Una buena copa de cata tiene que presentar unas ciertas características específicas. Si comenzamos por arriba, el borde de la copa de cata debe ser fino, pero no cortante para que el contacto con los labios sea cómodo.

La copa de vino también tiene que estar provista de un pie o tallo con una base que lo sustente. Este tallo debe ser lo suficiente para que pueda ser sujeta con los dedos índice y pulgar. La conexión entre el tallo y la base que la sostiene suele presentar un engrosamiento que se denomina botón.

La parte que nos queda es el cuerpo de la copa o cáliz. En esta parte es donde se dan las mayores diferencias en las distintas copas. Si bien, hoy en día están tan estudiado la influencia del diseño de las copas en las sensaciones olfativas, que existen tipos de copas específicas para tipos de vinos e incluso para variedades.

Con los distintos tipos de copas varía la relación entre superficie y el volumen, lo que varían también los fenómenos de evaporación de los compuestos volátiles presentes en el vino, y por lo tanto, las sensaciones aromáticas. En una copa demasiado alta, el aroma se percibe más débilmente, dado que la nariz se encuentra relativamente lejos del vino. Por el contrario, con una copa tipo “balón”, que presenta una forma más baja, el olor es percibido más ampliamente.

Debido a la gran diversidad de estilo y materiales utilizados para la elaboración de las copas, en 1970, se creo, por un grupo de expertos franceses a partir de estudios del Instituto Nacional de Denominaciones de Origen (INAO), crearon el catavinos oficial y normalizado. Esta copa está formada por un cuerpo, denominado “huevo alargado”, un tallo que lo sostiene y una peana que sustenta a ambos. La abertura del cuerpo de la copa es más estrecha que la parte convexa permitiendo así que los aromas se concentren antes de salir.

La capacidad de esta copa normalizada es de 210-225 ml, aún así, para conseguir manejar la copa con facilidad y poder apreciar los colores, tonos, y aromas correctamente, se debe llenar con unos 70-80 ml de vino.


Con respecto al material con el que está construido, está fabricada con cristal transparente totalmente incoloro, su borde es liso, regular y redondeado, cortado al frío y esmerilado que asegura su horizontalidad.

El modo de coger la copa también va a ser importante a la hora de catar los vinos, como todo en el mundo del vino tiene su importancia y el modo de gestionar el vino en la copa va a influir en la percepción final del vino. La copa de cata deberá cogerse por el tallo de la misma o por la base, y en ningún caso por el cuerpo de la copa puesto que el calor de las manos calentaría el vino, y las huellas de los dedos podrían ensuciar la copa.

Solamente hay una única excepción que permite coger el cuerpo de la copa con la mano. Es el caso de que el vino esté demasiado frío. En este caso, se insertará el tallo entre dos dedos de la mano, cogiendo el cuerpo de la copa con la palma de la mano y giraremos la copa para que el calor de nuestra mano atempere el vino hasta que alcance la temperatura óptima para su degustación.


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