28/4/14

Vinos para disfrutar: El movimiento de la Copa



El movimiento de la copa de cata

Como cualquier herramienta de trabajo, un buen catador debe manejar la copa de cata con soltura para poder obtener toda la ayuda que pueda ofrecer. Como se ha comentado anteriormente, la copa de cata debe cogerse por el tallo o por la base de la copa, evitando a toda costa que nuestros dedos toquen el cuerpo de la copa.

El movimiento de la copa es importante para la fase olfativa, puedo que al moverla, se aumenta la superficie de contacto entre el vino y el aire, extrayendo por lo tanto un mayor volumen de aromas del vino que llegarán a nuestros receptores olfativos incrementando la percepción aromática del vino. Como normal general, la copa de mueve al contrario de las agujas del reloj, si bien, algunos profesionales lo realizan en sentido contrario.

Al principio, como todas las cosas, contará enormemente mantener el vino dentro de la copa mientras la movemos, pero con algo de práctica y con un volumen de vino adecuado, seguro que nos convertimos en unos expertos en muy poco tiempo. Para comenzar, un ejercicio muy utilizado por los no iniciados, es colocar la copa en una mesa, cogerla con los dedos por la base, con la palma de la mano orientada hacia la mesa y la base apoyada en la mesa, y comenzar a girar la copa. Cuando se vaya cogiendo soltura de esta manera, ya se estará en disposición de cogerla por el tallo y disfrutar de los giros y volteretas que se le dará al vino dentro de la copa.


La limpieza de la copas de cata

Las copas se lavan y aclaran con agua caliente nada más utilizarse. No se debe utilizar detergentes ni jabones comerciales, puesto que la mayoría de ellos están perfumados. Solamente se puede emplear agua jabonosa, de un jabón sin olor, si se tuvieran que desengrasar las copas.


Para secarlas, lo mejor es dejar que escurran, y si se secan, tener cuidado que el paño no contenga perfumes del detergente con el que se lavó y que pueda aportar a las copas ese olor. Se recomienda no poderlas boca abajo sobre un paño, sino boca arriba, sobre el pie. Cuando se pretende usarlas, se pasan otra vez por el grifo y se escurran rápidamente para expulsar las posibles gotas de agua que pudieran quedarles. Para asegurarnos que no queda agua que nos interfiera en la cata, se recomienda “envinar” la copa. “Envinar” consiste en enjuagar la copa con un poco del vino que se va a catar, así, dejaremos ya los aromas del vino en la copa eliminando el agua y posibles restos de aromas que pudiera tener la copa. 


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